Entre conciencia y coindicencia

"Un día te despiertas y sabes quién eres, pero sobretodo quien es él. Lo deseas, aunque lo niegues. Aunque reunas todas tus fuerzas, él siempre va a vencer. Con toda su intensidad, sus palabras bonitas, sus ojos castaños, su piel suave, sus labios, su sola presencia  y esa sonrisa que ni todos tipex del mundo podrían borrar de tu cabeza. Puedes correr y correr todo lo que quieras pero su recuerdo te alcanzará. Puedes dormir con otro, tirarte a todos los tíos que quieras, emborracharte, pero en cada beso, en cada caricia, en cada chupito, estará él y su maldita sonrisa. Recordarás entonces por qué estabas enamorada de él y que lo sigues estando. Que esa maldita sonrisa es la que te hace levantarte cada día, que esos ojos castaños, son los que alegran tus noches, que esos besos son el combustible de tu corazón. No trates de escapar amiga mía. No lo niegues, no te escondas, no lo rechaces porque aunque lo hagas seguirá siendo un hecho, ni todos los chupitos, polvos o líos te harán dejar de estarlo. Cariño, estás enamorada."