Caminaba por la calle cuando se encontró con su mirada. Una mirada llena de desafío y a la vez muy atrayente aunque podría llegar a intimidar.
Esa chica le estaba mirando a él. Al mismo idiota que se emborrachaba para olvidar que nunca había tenido una novia. Increíble.
En sus labios se dibujó una boba sonrisa. Ella también sonrió pero su sonrisa era diferente. Esa sonrisa era enigmática y a la vez algo siniestra. Sus dientes eran blancos y perfectos aunque tenia los incisivos algo más grandes de lo normal. Pero él estaba demasiado ocupado admirando su belleza como para darse cuenta de ese detalle.
Su pelo era de un castaño oscuro y brillante muy llamativo y caía sobre su espalda con suaves rizos.
Cuando pasó por su lado ella no apartó la mirada y a él le empezó a latir el corazón con fuerza.
Pudo percibir un suave olor a rosas frescas. Pensó que las rosas eran símbolo de tentación.
Ese fue su ultimo pensamiento antes de caer en un sueño eterno.
