Puedo decirlo una y mil veces, pero no creo que nada cambie. Supongo que todo esto pasó y se fue, al igual que tú. Pero sigo sin poder evitarlo, no puedo derramar una sola lágrima por ti. Porque para mí aún sigue siendo igual. Porque te quiero y no voy a dejarte ir si hace falta te encerraré, correré, gritare, daré todo lo que tengo y lo que no hasta que no pueda ni con mi alma y cuando caiga a tus pies rendida, solo entonces sabré que estas satisfecho. Porque eso es lo que quieres ¿no? Que caiga contigo. Y aun sabiéndolo yo caeré una y mil veces, caeré hasta que me ayudes a levantarme ¿Extraño, verdad? No tanto desde esta perspectiva...
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